CONCIERTO
Transcripciones para Órgano
Iglesia de San Ignacio de
Santiago
Jueves 24 de Noviembre a las 19:30 Horas
ORGANISTA, LUIS GONZÁLEZ CATALÁN
Antonio Vivaldi Concerto
Opus
VII
No
11
(RV 208) en Do Mayor
(1678-1741) Versión para Órgano de J. S. Bach (BWV
594)
(Allegro) – Grave – Allegro
Johann Sebastian
Bach Aria Schaffe können sicher weiden
(Cantata 208)
(1685-1750) Versión para Órgano de
Noel Rawsthorne
Revisión Luis González Catalán
Adagio (de
Versión para Órgano de Franz Liszt (1811-1886)
Edward Elgar Pompa y Circunstancia
(Marcha Militar No. 1)
(1857-1934) Versión para Órgano de Edwin H. Lemare
Camille Saint-Saens Adagio (de
(1835-1921) Versión para Órgano de Emile Bernard
(1843-1902)
Revisión Luis González Catalán
Georges Bizet Selecciones de la Ópera ”Carmen”
(1838- 1875) Versión para Órgano de
Edwin H. Lemare
Samuel Barber Adagio para Cuerdas Opus
11
(1910-1981) Versión para Órgano de William Strickland
Johann Sebastian
Bach Chaconne
de
(1685-1750) Versión para Órgano de
Luis González Catalán
NOTAS AL PROGRAMA
El programa que ustedes escuchan
esta noche como entrega de los trabajos de reparación del órgano tubular Kleuker de
Transcribir
una obra de un medio musical a otro es un proceso que requiere un gran
conocimiento del o de los instrumentos para el que la obra fue originalmente concebida,
y asimismo, del medio para el que se transcribe, en este caso el organo. Juan Sebastian Bach es
sin duda alguna el mas grande genio de la transcripción de musica
instrumental para teclado. Tenemos en la actualidad un legado de Bach
consistente en cinco conciertos transcritos para órgano y unos quince para el
clavecín, los que se postula fueron encargados por el principe
reinante, el duque de Anhalt-Coethen. Tres de estas
transcripciones fueron originalmente compuestas como conciertos para uno o dos
violines solistas, orquesta de cuerdas y bajo continuo por el gran
compositor Italiano Antonio Vivaldi,
conocido en sus días como “Il Prete Rosso” a causa del
color de sus cabellos (Vivaldi fue sacerdote católico-romano, que abandonó
posteriormente el ministerio sacerdotal). En dos de estas transcripciones hubo
problemas de paternidad, toda vez que el Concierto en re menor fue usado por su
hijo Wilhelm Friedemann, quien escribió en el
manuscrito de Juan Sebastian Bach, el único autógrafo
que se conserva de dichas transcripciones, la frase “Manu patris mei descriptum” (“copiado por mano de mi padre”). En el
caso del concierto en Do mayor, conocido por el apodo “Il Grosso Mogul”, probablemente a causa
de su extensión desmesurada,, solo muy tardíamente se encontró la obra original de
Antonio Vivaldi. Incluso mas, el movimiento central se le siguió atribuyendo a
Juan Sebastián Bach, ya que se consideraba imposible que Vivaldi lo hubiera
compuesto. Finalmente aparecieron las copias del movimiento central, y un
estudio del gran organista e investigador Italiano Luigi Ferdinando Tagliavini,
permitió dimensionar concienzudamente el arte incomparable de la transcripción
realizada por Bach. En efecto, el maestro realiza una adaptación tan brillante
que obliga al organista a tocar las secciones correspondientes a los solos del
teclado subsidiario con una registración de cuatro pies, es decir, sonando una
octava mas alta de lo escrito(!), y no en la registración de ocho pies, como es
lo acostumbrado. Dicha indicación de una registración de cuatro pies no es
ajena a Bach pues aparece en el concierto en re menor anteriormente señalado.
El concierto que escuchan hoy es el mas extenso de los transcritos por Bach,
quien, a fin de adaptarse al número de teclas disponible en los instrumentos a
su alcance en su tiempo, de solo cuatro octavas de extensión, lo baja de tono
de Re Mayor a Do Mayor.
Juan Sebastián Bach compuso una gran cantidad de
cantatas, y se conserva mas o menos un tercio de ellas. Sin embargo, no todas
esas obras fueron destinandas a
Franz Liszt no fue ajeno a la transcripción
para órgano, y ha dejado excelentes adaptaciones de música vocal e instrumental
para el órgano, de Bach y de otros autores, para ser tocadas en el instrumento
que tanto gustaba tocar, y para el que compuso además una gran cantidad de
obras. El Adagio que ustedes escuchan hoy es el tercer movimiento de
Sir Edward Elgar compuso varias marchas
llamadas Pompa y Circunstancia, y no hay duda alguna de que la mas conocida es
la primera de ellas, que incluye en su orquestación una parte de órgano en la
reexposición del famoso tema que, según el mismo Elgar, “los iba a volar a
todos”. Esta transcripción para órgano es fruto de la fecunda pluma de Edwin H.
Lemare, organista Inglés radicado en Estados Unidos
que popularizó enormemente estas Transcripciones.
El
prolifico compositor francés Camille Saint-Saëns dejó una gran
producción orquestal, aparte de las numerosas obras que compuso para el órgano.
En su Tercera Sinfonía, dedicada a Franz Liszt, el compositor agrega no solo el
Piano a cuatro manos a la orquestación, sino también el órgano. La sección lenta
del primer movimiento, en que aparece el órgano es particlarmente
bella, y tenemos la suerte de contar con una version
para órgano solo, debida a la pluma de Emile Bernard.
Georges Bizet tuvo una muy corta existencia de solo 37 años de edad en la
que realizó una muy fecunda labor como compositor. Lamentablemente solo compuso
para órgano una Meditación Religiosa compuesta (1853). De sus numerosas operas
destaca con especial brillo Carmen, cuyo éxito no alcanzó a conocer. E. Lemare realiza una muy atinada selección de temas,
adaptándolos al órgano con cran maestría.
El
compositor estadounidense Samuel Barber ha dejado solo dos números de
Opus consagrados al órgano, lo que no ha impedido que se realizara una
transcripción para este instrumento de su famosísimo Adagio, proveniente del
Cuarteto para Cuerdas Opus 11. El mismo Barber realizó una versión orquestal de
esta pieza, que se caracteriza por una gran riqueza armónica y melóica de gran romanticismo.
Juan Sebaastián Bach compuso además 3 Sonatas y 3 Partitas para violín solo. El
instrumento cumple funciones melódicas, armónicas y rítmicas de una manera tan
perfecta que el acompañamiento resulta innecesario. No obstante, Robert
Schumann creó una parte de piano para ellas. Del mismo modo que la musicología
actual afirma que Bach habría compuesto su célebre Passacaglia para órgano como
homenaje póstumo a su maestro Dietrich Buxtehude, recientes estudios sostienen
que
Luis González Catalán,
organista.(Noviembre, 2005)